Las diez familias que componen la comunidad mapuche Rayen Antu (Flor del Sol) emigraron en la década de 1980 desde el sector rural Huallepen Bajo, comuna de Contulmo, hasta las cercanías de Cañete, específicamente a Huillinco, para instalarse en un reducido sitio de 90 metros cuadrados.
Acompañándolos en todo momento estaba su machi Lorenza Nahuelqueo Millabur, quien los guía espiritualmente desde hace más de 30 años, según relata David Llanquileo Calbullanca, presidente de la comunidad.
“Vivíamos en un sitio muy estrecho. Pero especialmente necesitábamos el espacio adecuado para realizar las ceremonias sagradas y las rogativas de nuestra machi”, explica Llanquileo.
La imperiosa necesidad de poseer tierras para desarrollarse fue satisfecha mediante el Fondos de Tierra de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, CONADI, de la Región de Bío Bío.
“De inmediato los integrantes de la comunidad decidieron destinar dos sitios dentro del predio para realizar actividades culturales como guillatún y juego de palín” , señaló Jaime Painemal Ulloa, director regional de CONADI.
Las 49,2 hectáreas fueron compradas en 103 millones 910 mil 935 pesos. Cada familia recibirá casi 5 hectáreas, lo que además de las actividades culturales, les permitirá comenzar a desarrollar labores productivas, y por cierto un mayor espacio para habitar.
Si bien David Llanquileo, presidente de la comunidad Rayen Antu expresa la alegría que todos ellos sienten por la adquisición de la tierra, también manifiesta que tienen pendiente varios desafíos muy importantes como son la electrificación para las casas y agua potable, así como también la urgencia de ripiar el camino para acceder de forma más expedita a sus tierras.
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